
jueves, 20 de noviembre de 2008
Esquemas

Aneurisma Cerebral:
Es un ensanchamiento o abombamiento anormal de una sección de una vaso sanguíneo y se denomina aneurisma cerebral cuando ocurre en el cerebro.
Causas, incidencia y factores de riesgo:
Los aneurismas en el cerebro ocurren cuando hay un área debilitada en la pared de un vaso sanguíneo. Un aneurisma puede presentarse como un defecto presente desde el nacimiento (congénito) o puede desarrollarse más tarde en el transcurso de la vida, por ejemplo, después de la lesión a un vaso sanguíneo.
Existen diferentes tipos de aneurismas. Un aneurisma sacciforme o saculado puede variar de tamaño desde unos pocos milímetros a más de un centímetro. Los aneurismas sacciformes gigantes pueden alcanzar perfectamente más de 2 cm y son más comunes en los adultos. Los aneurismas sacciformes múltiples se heredan con más frecuencia que otros tipos de aneurismas.
Otros tipos de aneurismas cerebrales implican un ensanchamiento (dilatación) de todo un vaso sanguíneo o pueden aparecer como un "abombamiento" de parte de un vaso sanguíneo. Estos tipos de aneurismas se pueden presentar en cualquiera de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro. El trauma y la infección, que pueden causar lesión de la pared vascular, pueden ocasionar tales aneurismas.
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001414.htm
http://www.healthsystem.virginia.edu/uvahealth/adult_cardiac_sp/cerbaneu.cfm
miércoles, 12 de noviembre de 2008

3,1,2 .- Somestèsica primaria
5,7 .- Somestèsica de asociaciòn
4 .- Motora primaria
6 .- Premotora
8 .- Campo ocular
9,10,11,12 .- Campo frontal
39,40 .- Angular
34,28 .- Olfatorio
17 .- Visual primaria
18,19 .- visual de sociaciòn
43 .- Gustativa
41,42 .- Auditiva primaria
22 .- auditiva de asociaciòn
22 .- Wernicke
44,45 .- Broca.
Síndrome de korsakoff
Se refiere a un trastorno en que la memoria retentiva se afecta desproporcionadamente en relación a otras funciones cognitivas. Esta enfermedad al igual que la de Wernicke se asocia usualmente con alcoholismo y malnutrición, pero puede ser debida a otros trastornos que afectan al diéncefalo o lóbulo temporal. Así casos clásicos de síndrome de Korsakoff puede observarse en pacientes con lesiones del tercer ventrículo, infartos (o resección quirúrgica) de las porciones inferomediales del lóbulo temporal o como una secuela de una encefalitis por herpes simplex. Una afectación transitoria de la memoria retentiva de tipo Korsakoff puede ser una manifestación saliente de la epilepsia del lóbulo temporal, TCE y en la llamada amnesia global transitoria, una anormalidad importante de este tipo puede ser un rasgo típico de la encefalopatía anóxica o de la enfermedad de Alzheimer.
Bibliografía:
jueves, 30 de octubre de 2008
Cuestionario
Revise en la Web por lo menos 2 páginas (de buen nivel) y un libro de texto contestando: ¿cuáles son las características de la enfermedad de Parkinson y en qué estructuras del sistema nervioso se encuentra la lesión que la provoca?
1- Déficits Cognitivos Parciales
* Bradipsiquia (lentitud del pensamiento)* Trastornos de memoria* Síndrome Dis-Ejecutivo* Alteración percepción (visuo-espacial)* Baja atención* Poca flexibilidad cognitiva* Fatiga mental
2- Demencias
* Frontosubcortical* Cortical* Mixtas
3- Otros trastornos
* Aplanamiento de la personalidad* Apatía y abulía* Anergia y arreflexia* Depresión neurógena* Obsesión-compulsión
En la EP aparecen descritos repetidamente una serie de síntomas emocionales o caracteriales que se pueden poner en relación con la enfermedad neurodegenerativa en sí (alteración del equilibrio entre los neurotrasmisores: dopamina, acetilcolina, noradrenalina, serotonina, GABA; hipofunción de estructuras diencefálicas y corticales) y no sólo como reacción psicológica vivencial a padecer una enfermedad crónica, o como efectos secundarios de la medicación psicoactiva. Son típicas las referencias a la depresión (neurógena-endógena), la apatía y la abulia, al aplanamiento de la personalidad, la hiporreflexia emocional, la hiposexualidad, la obsesión-compulsión, los trastornos del sueño. Los síntomas psicóticos (alucinaciones, delirios) y confusionales no pertenecen a la historia natural de la EP, sino que son realmente efectos secundarios indeseados (iatrogenia) inducida por la medicación dopaminérgica tomada a altas dosis o durante muchos años.
Resuma la historia de la Frenología:
En Filosofía, se llaman frenólogos a los partidarios de la F. (v. i) como doctrina psicofisiológica que defendía la posibilidad de localizar en determinadas zonas del cerebro las diferentes funciones espirituales de la persona, y viceversa, como doctrina psicognóstica, mediante el análisis de ciertos rasgos físicos deducir la personalidad de un sujeto. En el primer tercio del s. XIX, los médicos alemanes F. J. Gall, que enseñó en Viena y en París, J. G. Spurzheim y el francés Broussais, estudian las localizaciones cerebrales de las funciones «espirituales», alcanzando sus experiencias y teorías una notable resonancia. La F. o craneoscopia, se extiende por Europa como una corriente de moda. Entre sus seguidores más destacados figuran Broca, Cabanis y Lavater, y su difusión alcanza particular relieve en España, donde este enfoque no resulta nuevo: en el Renacimiento ya M. de Sabuco, Huarte de San Juan (v.) y Esteban Pujasol habían planteado cuestiones semejantes, aunque embrionariamente. Continuando esa tradición de los médicos-filósofos renacentistas, surge una nueva generación a mediados del s. XIX. Todos ellos se caracterizan por su fuerte tendencia experimentalista, la influencia del sensismo (v.) y el remontarse de lo físico a lo especulativo-filosófico. Además de una serie de estudiosos y documentalistas (A. Hernández Morejón, f. F. Vendrell, P. F. Monlau y, sobre todo P. Mata y f. de Letamendi), destacó con casi espectacular resonancia el grupo de los frenólogos, muchos de ellos catalanes. Desde principios del siglo se publican ya las doctrinas de Gall: una Exposición anónima en 1806, un Folleto de E. Cook en 1822, un Resumen en 1835 y la Nueva clasificación de las facultades cerebrales en 1837. Y no sólo resúmenes: ya F. Fabra Soldevila (1773-1839) escribe, influenciado por Gall, una Filosofía de la legislación natural fundada en la antropología o en el conocimiento de la naturaleza del hombre (1838). Pero el verdadero artífice de la expansión en España de la frenología iba a ser un hombre que no era médico. Mariano Cubí Soler (1801-75) logró crear un movimiento que agrupó en torno a sí a diversos estudiosos y aficionados. Sin ser de tipo religioso, la F. tenía un cierto aire místico, proselitista, en parte provocado por los ataques recibidos. El semanario «La Antorcha» y la «Rev. frenológica» serían sus órganos de divulgación y agrupamiento: los suscriptores a esta última disfrutaban de un reconocimiento cerebral a precio reducido, a cargo del propio Cubí. De 1843 a 1848, según Menéndez Pelayo, llevó a cabo «una especie de misión para propagar su doctrina, que mezclaba con la del magnetismo animal y otros embolismos». Los frenólogos, aun cuando constituyan tan sólo «un episodio pintoresco y divertido» (Carreras Artau) y estuvieran «entre la ciencia y la magia» (Carnicer), influyeron en su tiempo; y si su método no era acertado ni coinciden sus resultados con la realidad, es indudable que apuntaban a una situación correcta, aunque entonces pudiera temerse que por ese camino se acabase en el ateísmo y aun la negación del alma. Pero ellos ponían el acento en los aspectos físicos, fisiológicos, de la mente humana y de la personalidad toda. Balmes (v.), aunque combatió en bloque a los frenólogos, destacó lo que podía haber de valioso en sus teorías, reconociendo que, desde luego, entre cerebro y entendimiento había una relación, idea que desde hacía dos siglos se aceptaba sin descubrir el mecanismo de esa relación (Descartes, Malebranche, Leibniz). La doctrina establecida por S. Tomás (v.) seguía siendo válida: «el alma intelectiva, con ser una por esencia, requiere para sus varias operaciones disposiciones diversas en las partes del cuerpo a que se une». Hoy, todo cuanto los frenólogos tuvieron de anecdótico, de no-científico, de predicciones semimágicas, de materialismo y fatalismo, ha sido olvidado. Otra faceta interesante de los frenólogos, y en especial de Cubí, es su interés práctico por la orientación profesional en base a los citados conocimientos. Entre las obras de Cubí sobresalen: Sistema completo de frenología (1844); La frenología y sus glorias (1853); Lecciones de frenología (1853); Polémica religioso-f renológico-magnética. Y obra clave, de F. J. Gall es: Sur les fonctions du cerveau el de chacune de ses parties, París 1825.
Bibliografía: http://www.mercaba.org/Rialp/F/frenologia_ii_filosofia.htm
http://www.psicologia-online.com/colaboradores/parkmadrid/neuropsicologia.shtml
1- Déficits Cognitivos Parciales
* Bradipsiquia (lentitud del pensamiento)* Trastornos de memoria* Síndrome Dis-Ejecutivo* Alteración percepción (visuo-espacial)* Baja atención* Poca flexibilidad cognitiva* Fatiga mental
2- Demencias
* Frontosubcortical* Cortical* Mixtas
3- Otros trastornos
* Aplanamiento de la personalidad* Apatía y abulía* Anergia y arreflexia* Depresión neurógena* Obsesión-compulsión
En la EP aparecen descritos repetidamente una serie de síntomas emocionales o caracteriales que se pueden poner en relación con la enfermedad neurodegenerativa en sí (alteración del equilibrio entre los neurotrasmisores: dopamina, acetilcolina, noradrenalina, serotonina, GABA; hipofunción de estructuras diencefálicas y corticales) y no sólo como reacción psicológica vivencial a padecer una enfermedad crónica, o como efectos secundarios de la medicación psicoactiva. Son típicas las referencias a la depresión (neurógena-endógena), la apatía y la abulia, al aplanamiento de la personalidad, la hiporreflexia emocional, la hiposexualidad, la obsesión-compulsión, los trastornos del sueño. Los síntomas psicóticos (alucinaciones, delirios) y confusionales no pertenecen a la historia natural de la EP, sino que son realmente efectos secundarios indeseados (iatrogenia) inducida por la medicación dopaminérgica tomada a altas dosis o durante muchos años.
Resuma la historia de la Frenología:
En Filosofía, se llaman frenólogos a los partidarios de la F. (v. i) como doctrina psicofisiológica que defendía la posibilidad de localizar en determinadas zonas del cerebro las diferentes funciones espirituales de la persona, y viceversa, como doctrina psicognóstica, mediante el análisis de ciertos rasgos físicos deducir la personalidad de un sujeto. En el primer tercio del s. XIX, los médicos alemanes F. J. Gall, que enseñó en Viena y en París, J. G. Spurzheim y el francés Broussais, estudian las localizaciones cerebrales de las funciones «espirituales», alcanzando sus experiencias y teorías una notable resonancia. La F. o craneoscopia, se extiende por Europa como una corriente de moda. Entre sus seguidores más destacados figuran Broca, Cabanis y Lavater, y su difusión alcanza particular relieve en España, donde este enfoque no resulta nuevo: en el Renacimiento ya M. de Sabuco, Huarte de San Juan (v.) y Esteban Pujasol habían planteado cuestiones semejantes, aunque embrionariamente. Continuando esa tradición de los médicos-filósofos renacentistas, surge una nueva generación a mediados del s. XIX. Todos ellos se caracterizan por su fuerte tendencia experimentalista, la influencia del sensismo (v.) y el remontarse de lo físico a lo especulativo-filosófico. Además de una serie de estudiosos y documentalistas (A. Hernández Morejón, f. F. Vendrell, P. F. Monlau y, sobre todo P. Mata y f. de Letamendi), destacó con casi espectacular resonancia el grupo de los frenólogos, muchos de ellos catalanes. Desde principios del siglo se publican ya las doctrinas de Gall: una Exposición anónima en 1806, un Folleto de E. Cook en 1822, un Resumen en 1835 y la Nueva clasificación de las facultades cerebrales en 1837. Y no sólo resúmenes: ya F. Fabra Soldevila (1773-1839) escribe, influenciado por Gall, una Filosofía de la legislación natural fundada en la antropología o en el conocimiento de la naturaleza del hombre (1838). Pero el verdadero artífice de la expansión en España de la frenología iba a ser un hombre que no era médico. Mariano Cubí Soler (1801-75) logró crear un movimiento que agrupó en torno a sí a diversos estudiosos y aficionados. Sin ser de tipo religioso, la F. tenía un cierto aire místico, proselitista, en parte provocado por los ataques recibidos. El semanario «La Antorcha» y la «Rev. frenológica» serían sus órganos de divulgación y agrupamiento: los suscriptores a esta última disfrutaban de un reconocimiento cerebral a precio reducido, a cargo del propio Cubí. De 1843 a 1848, según Menéndez Pelayo, llevó a cabo «una especie de misión para propagar su doctrina, que mezclaba con la del magnetismo animal y otros embolismos». Los frenólogos, aun cuando constituyan tan sólo «un episodio pintoresco y divertido» (Carreras Artau) y estuvieran «entre la ciencia y la magia» (Carnicer), influyeron en su tiempo; y si su método no era acertado ni coinciden sus resultados con la realidad, es indudable que apuntaban a una situación correcta, aunque entonces pudiera temerse que por ese camino se acabase en el ateísmo y aun la negación del alma. Pero ellos ponían el acento en los aspectos físicos, fisiológicos, de la mente humana y de la personalidad toda. Balmes (v.), aunque combatió en bloque a los frenólogos, destacó lo que podía haber de valioso en sus teorías, reconociendo que, desde luego, entre cerebro y entendimiento había una relación, idea que desde hacía dos siglos se aceptaba sin descubrir el mecanismo de esa relación (Descartes, Malebranche, Leibniz). La doctrina establecida por S. Tomás (v.) seguía siendo válida: «el alma intelectiva, con ser una por esencia, requiere para sus varias operaciones disposiciones diversas en las partes del cuerpo a que se une». Hoy, todo cuanto los frenólogos tuvieron de anecdótico, de no-científico, de predicciones semimágicas, de materialismo y fatalismo, ha sido olvidado. Otra faceta interesante de los frenólogos, y en especial de Cubí, es su interés práctico por la orientación profesional en base a los citados conocimientos. Entre las obras de Cubí sobresalen: Sistema completo de frenología (1844); La frenología y sus glorias (1853); Lecciones de frenología (1853); Polémica religioso-f renológico-magnética. Y obra clave, de F. J. Gall es: Sur les fonctions du cerveau el de chacune de ses parties, París 1825.
Bibliografía: http://www.mercaba.org/Rialp/F/frenologia_ii_filosofia.htm
http://www.psicologia-online.com/colaboradores/parkmadrid/neuropsicologia.shtml
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